Clément Lépidis

Clément Lépidis (París, 1920-1997) procede de una familia griega de Anatolia que se estableció en París huyendo de la histórica masacre perpetrada por los Jóvenes Turcos en Asia Menor.
Desde joven trabajó con su padre en el comercio del calzado, pero pronto empezó a desempeñar otras profesiones: corredor de bolsa, técnico de radio, fotógrafo, representante de productos de belleza, cajero, operario en una central térmica, al tiempo que fue descubriendo la escritura como forma y manera de manifestar y plasmar sus amplias inquietudes.
Lépidis se estrenó en la literatura a los 43 años con la novela La Rosa de Buyukada (1963). Luego siguió trabajando en una extensa producción, destacando con novelas como El armenio (1973), varios libros dedicados a su lugar de adopción: Belleville, mi pueblo (1975), El mal de París (1980) y Belleville en el corazón (1980) y su ensayo Mil Miller (1981), que rinde un homenaje al autor de Trópico de Cáncer.
Explorará con acierto los más importantes géneros literarios: novela, narrativa breve, poesía, biografía, libros de viaje, artículos divulgativos y ensayos dedicados a diversos temas, entre los que llama la atención los relacionados con su peregrinación a Andalucía, motivados por su imperturbable amor hacia el flamenco, con especial énfasis en su incansable búsqueda, casi obsesiva, de la figura de La Petenera.
Y aunque han sido muchos los viajeros que a lo largo de la historia han quedado fascinados por el mundo flamenco, son pocos los que han logrado adentrarse con soltura y habilidad, sabiéndose camuflar y ganándose la amistad y confianza de grandes figuras como Antonio Mairena, José Menese, Perico el del Lunar, los Moreno Galván, Diego Clavel, el Perro, el Niño de la Cava y Rufino de Paterna, localidad donde entró de la mano del poeta Julio Mariscal y lugar que acabó convirtiendo en un destino mítico y legendario, especialmente interesante para él por ese irresistible atractivo que le produjo la historia de La Petenera.
Esta admiración por Andalucía y por el flamenco dejó tan honda huella en el escritor francés que ocupó buena parte de su producción literaria, dedicándole una serie de obras que asombrosamente, y hasta ahora, han permanecido inéditas para el gran público español: El oro del Guadalquivir (1983), Un itinerario español (1985), Andalucía (1985), Furia Andaluza: La Petenera (1986) y Sortilegio andaluz (cuentos) (1991); y que ya están en nuestro plan editorial para darlas a conocer de manera inminente, formando parte de nuestro catálogo conjunto.

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