AEDA alerta de la existencia de Colombre
15-01-2015. «Espacio Cultural Colombre: un lugar donde escuchar cuentos» en AEDA
Los inicios y la búsqueda de sentido
Espacio Cultural Colombre, centro especializado en libros y literatura, abrió las puertas a la programación de eventos y actividades en octubre de 2012, sumándose así a una oleada de apertura de lugares y espacios, habida lugar en los últimos años, que venían a ofrecer una alternativa al panorama cultural dentro de una ciudad, en este caso Sevilla.
La idea, o más bien la intuición, no es otra que trabajar y vivir el mundo del libro apartado de las innecesarias presiones y urgencias para poder respirar aires amables, al margen de la burbuja editorial y del incesante ritmo de novedades de las librerías. Un ir sin prisa pero sin pausa, que nos permita disfrutar del camino y del encuentro con los libros y con la gente, un poco a la manera barojiana, entreteniéndonos en el detalle, «como el que va por el camino distraído, mirando este árbol, aquel arroyo, y sin pensar demasiado a dónde va».
Antes de programar y tener un espacio, ya llevábamos un tiempo mercadeando, a base de trueques, donaciones, depósitos amistosos, expurgo de nuestras propias y queridas bibliotecas, que sacrificábamos al grito de «libro que no has de leer déjalo correr», todo para poder contar con un puñado de monedas que luego invertíamos en pinturas, estructuras, materiales, cacharros, mobiliario y, en definitiva, en toda la artillería necesaria para montar una pequeña, al tiempo que coqueta, librería en un local –antiguo polvero y anterior cochera–, de bajo alquiler, tal vez, en el callejón menos transitado y conocido de Triana, y también probablemente de toda Sevilla. Lo que cualquier reputado director de ventas hubiera definido como un suicidio comercial en toda regla y abocado al fracaso, era, sin embargo, para nosotros, una idea seductora y atrayente como un abismo.
Alejados del centro neurálgico de la urbe ayudábamos a ir contra la centralización de la mayoría de actividades o eventos culturales que suelen darse en una ciudad y, por tanto, a colaborar para un reparto más equilibrado. A medida que fuimos adecuando el Espacio y recibiendo visitas de amigos y conocidos, vimos la posibilidad de abrirlo y de programar actividades que estuvieran en relación directa con el mundo del libro y luego con la cultura en su amplio sentido. Al principio, como es normal, dimos palos de ciego, tanteando cualquier posible piñata que pudiera contener un festín cultural. Pero fue y sigue siendo divertido equivocarnos.
La narración oral en Colombre
Casi desde los inicios surgió la posibilidad de programar funciones de cuentos. No éramos entonces conocedores del movimiento de Narración Oral que particularmente había en Sevilla y menos aún extramuros de nuestra ciudad, pero no dudamos en abrirnos a las primeras propuestas que fueron llegando. Eran propuestas propias o recomendaciones para traer a otros compañeros. Los comienzos no hubieran sido tan acertados sin la orientación y ayuda de algunos narradores que residen en Sevilla, entre los que cabe citar a: Nacho Terceño, Alicia Bululú y Marco Flecha.
Ellos vieron mejor que nosotros que el Espacio reunía buenas condiciones para contar. Una sala pequeña, con capacidad máxima para unas 50 personas, y que como ventaja permitía que solo estando 10 o 15 personas ya hubiese una sensación cálida y adecuada para el cuento. Además, un lugar apartado del bullicio del centro, al que venir expresamente, para quedarse un rato, y disfrutar del encuentro, antes, durante y al término de la función. Un pequeño grupo que va tomando vida propia, que interactúa entre sí, y que a menudo ha ido montando proyectos paralelos en base a los encuentros convocados en el callejón.
Estanterías repletas de libros, un modesto escenario con caja negra, y aforo dispuesto casi a modo de salón, pero sobre todo, un empeño por cuidar de todos los detalles que estén a nuestro alcance, a fin de crear una atmósfera adecuada para el arte de contar cuentos y el de escucharlos. Al tiempo en que íbamos consiguiendo esto entrábamos en contacto con el círculo de profesionales y seguidores del mundo de las historias contadas en Sevilla, que a su vez nos ponían en contacto con aquellos narradores visitantes que de tanto en tanto pasaban por la ciudad y con los que en ocasiones podíamos acordar una función.
Así pasaron, en el primer año, los ya mencionados: Nacho Terceño, Alicia Bululú y Marco Flecha, pero al poco se fueron sumando: Ángeles Fernández, el colectivo FINOS, Roberto Mezquita, Carolina Rueda, Esther de Juglaría, Matías Tárraga y Jackeline de Barros.
El segundo curso ampliamos la nómina: Jesús Buiza, Anabel Gandullo, Ana Griott, Sandra Cerezo, Jhon Ardila, Itziar Rekalde, Carlos Arribas, José Luis Mellado, Laura Dippolito y Pep Bruno.
Y de esta forma, uniendo esfuerzos, ha ido saliendo adelante Colombre, un lugar propicio para contar cuentos, de momento, para lo que se denomina público adulto o mayor de edad, por eso las funciones son siempre a las 21:30 de la noche. Perseguimos así cubrir una carencia de la narración oral actual, que si bien tiene más facilidades para lograr cabida en espacios especializados en un público infantil y familiar, en lo tocante a cuentos para adultos (abarcando desde la más primera adolescencia hasta los más mayores) sigue habiendo un vacío que cubrir.
Con todo, Colombre no hace sino sumarse a una búsqueda que viene de largo y en la que estamos, no diremos suficientes, pero sí unos pocos. Sevilla ha tenido a lo largo del tiempo muchos y diversos lugares donde practicar la narración oral para adultos. A menudo estos sitios aparecen y desaparecen, otros con los años consiguen mantenerse, como el siempre entrañable y amigable Rincón del Búho, lugar donde siempre hay una llama encendida, o la Sala El Cachorro, por citar dos lugares inamovibles y que siguen programando a día de hoy cuentos para adultos con cierta continuidad.
Luego se han sumado otros espacios como CasaLa Teatro, Casa Tomada, o más recientemente La Gallina en el Diván, sin dejar de lado, si se quiere contar con la periferia, la Biblioteca de Montequinto.
Nos consta que los propios narradores andan de tanto en tanto explorando espacios, bares, salas, cafés, etc., donde abrir nuevos frentes para cautivar nuevos públicos. El esfuerzo es loable y necesario, y a nosotros nos parece incluso que siempre es más provechoso si desde el principio el nuevo lugar encontrado se abre como un espacio común y compartido con el resto de profesionales, de esta forma se ofrece siempre al nuevo público que hay o surge en torno a cada espacio la posibilidad de estar siempre atento a las novedades y a los distintos registros y variedades de los narradores.
En Colombre intentamos programar con criterio, en un difícil equilibro de no casarnos con nadie y mantenernos al margen de grupos, generaciones, etc. buscando precisamente ofrecer riqueza, variedad y profesionalidad, dentro de que el Espacio tiene sus dificultades para salir adelante en lo económico y que el concepto de profesional, últimamente, anda muy cogido con pinzas.
Nos parece necesario indicar, a título informativo, la media de asistencia de nuestras funciones, que puede rondar, a ojo de buen cubero, en torno a las 20 personas, oscilando con funciones que por desgracia no alcanzan la docena de personas o con noches gloriosas en las que hemos tenido, también por desgracia, que colgar el cartel de agotadas las entradas.
Para el presente curso 2014-2015 se hacía necesario abrir un hueco a una representación de narradores veteranos, que residentes en Sevilla, aún no habían actuado en el espacio o que ni siquiera tenían noticia de él. Con esa intención montamos el «Ciclo de Viejos Cuenteros Sevillanos», a fin de programar, al menos, a una mínima representación de esta generación. recientemente se ha iniciado el ciclo con Manuel Garrido de Piratas, y tendrá continuación a lo largo de este semestre con los chicos de Recuento, Juan Arjona y Pepepérez.
Hay también un segundo ciclo programado y en marcha, «Palabras Mayores», donde hemos agrupado a aquellos narradores que nos visitan de fuera de Sevilla, y que por tanto no es fácil que el público pueda acceder a ellos. Que un Espacio con tan pocos recursos económicos como Colombre haya podido contar con gente de fuera no tiene más explicación lógica que la de volcar todo sus esfuerzos y sus energías en aprovechar lo que no son recursos económicos, en este caso, tirar y tomar la mano amistosa de nuestros hermanos mayores, como La Cháchara, que han gestionado y facilitado la visita de la colombiana Carolina Rueda, o sobre todo La Compañía Barataria, quienes habían logrado, estos últimos, trazar una exquisita y cuidada programación infantil y familiar para las Bibliotecas y el Teatro de Mairena del Aljarafe (a las afueras de Sevilla) y, nosotros, avisados amigable y generosamente, no hemos hecho más que aprovechar esta coyuntura, e invitar a estos narradores, que ya por estas razones visitaban Sevilla, a participar de este proyecto, teniendo además la suerte de que todos (Patricia Picazo, Pepe Maestro, Eugenia Manzanera, Ferran Martín y Paula Carballeira) han querido colaborar accediendo a las arriesgadas y casi simbólicas condiciones que un Espacio sin ánimo de lucro puede ofrecer, que no es otra que ir a taquilla.
Este año hemos incluido como novedad complementaria una sección en nuestra librería dedicada al cuento y a la narración oral, poniendo a disposición del público el catálogo completo de la Editorial Palabras del Candil
Y estamos llenos de ideas, por ejemplo, a poco que estrenemos nuestra página web, aún en construcción, quisiéramos abrir el blog para encargar críticas de las funciones y artículos especializados, por decir una sola… pero hay muchas más y sobre todo ganas de poner nuestra semilla en el no siempre fácil camino de la Narración Oral para adultos, en donde aún, a día de hoy, a veces se hace cuesta arriba mantener con éxito y sin perder la ilusión una programación continua y estable.
De momento esto es Colombre, una aventura que pese a sus riesgos y su nula rentabilidad económica para los que estamos dentro, nos divierte y nos pone en el camino, y que creemos acabará teniendo continuidad, a poco que consigamos ensamblar las piezas de la manera justa, acompañados siempre de gente con las mismas o mayores ganas y energías.
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Colombre: un lugar donde escuchar cuentos
Del 20-01 al 20-03 de 2015. «Un lugar donde escuchar cuentos» en El Topo. El Periódico Tabernario Bimestral más leído de Sevilla, n.º 8
«Espacio Cultural Colombre es un centro especializado en libros y literatura que abrió sus puertas a la programación de eventos y actividades en 2012.
La idea no es otra que trabajar y vivir el mundo del libro, lejos de las innecesarias presiones y urgencias, para poder respirar aires más amables al margen de la burbuja editorial y del incesante ritmo de novedades de las librerías. Un ir sin prisa pero sin pausa, que nos permita disfrutar del camino y del encuentro con los libros y con la gente.
Antes de programar y tener un espacio, ya llevábamos un tiempo mercadeando a base de trueques, donaciones, depósitos amistosos y expurgos de nuestras propias bibliotecas, que sacrificábamos al grito de «libro que no has de leer, déjalo correr». Todo para poder contar con un puñado de monedas que luego invertiríamos en montar una pequeña –al tiempo que coqueta– librería en un local –antiguo polvero y anterior cochera– de bajo alquiler. Tal vez en el callejón menos transitado y conocido de Triana; también, probablemente, de toda Sevilla. Alejados del centro neurálgico de la urbe, ayudamos a ir contra la centralización de la mayoría de las actividades o eventos culturales que suelen darse en la ciudad.
Colombre es un espacio dinámico y multidisciplinario preparado para generar o acoger propuestas culturales, tanto relativas al libro como a otras actividades culturales: actuaciones de narración oral, teatro mínimo, conciertos acústicos, talleres de escritura, ciclos de cine, espectáculos de magia, recitales poéticos, títeres, certámenes literarios, presentaciones de libros, etc.
Todo ello apostando por un formato cercano y cálido que nos permite proyectar y difundir cultura con el apoyo de tantas personas que se van sumando a esta travesía como a los diferentes espacios culturales, con quienes construimos juntos una nave común en la que navegar en unas aguas a menudo turbulentas dentro del ámbito de la cultural».
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