Queda mucha Triana por hacer y deshacer
Del blog de Sonia Domínguez, Letras Anfibias, recogemos aquí este reportaje sobre el estado de salud librero en Triana donde se refiere por extenso a nuestros avatares. En el enlace anterior puede leerse completo en su fuente original, dejamos aquí en nuestro blog un extracto del artículo:
«Una ruta para conocer el estado de salud librero de Triana podría comenzar lamentando el cierre de Especies de Espacios, una de las pocas librerías sevillanas especializadas en poesía, o saludando la vitalidad del Espacio Cultural Colombre, en el que los libros de segunda mano conviven con una programación cultural estable. Pero hoy no se puede hablar de librerías sin analizar el contexto en el que actúan, cómo se relacionan con el entorno y sin plantearse qué lugar ocupa la cultura en un barrio como este».
También el Espacio Cultural Colombre, “que desde un callejón perdido hacen posible el milagro”. Paso a paso va este espacio, nacido en 2012, en el callejón que une Febo con Esperanza de Triana.
Pedro Gozalbes y Rafael Delgado son amigos desde hace años, estaban metidos en el mundo del libro de segunda mano, compraban, vendían en el Charco de la Pava y en el puente de Isabel II, hacían trueques y, un día, buscaron un local físico que les sirviera para almacenar los más de 5.000 ejemplares que tenían.
“Colombre surge como consecuencia de nuestro particular diógenes literario, de tener ganas de mover los libros, de abrir el local al público y de ofrecer algo más, crear un espacio cultural. En el momento en que te presentas como un lugar de encuentro, el proyecto se va de las manos. La gente venía a visitarnos y nos proponía ideas”, explica Rafael.
Esas ideas han materializado en una programación cultural estable, en la que tiene un gran peso la narración oral para adultos, el microteatro, el cine o la música.
Colombre ha demostrado que la cultura existe y se descentraliza sola.
“Poco a poco vamos llegando a la gente del barrio. Al principio, la gente venía del centro, de la Macarena, porque hay personas que tienen ciertas inquietudes y buscan este tipo de espacios pero los vecinos estaban preguntándose ¿y esto qué será? Nosotros estamos abiertos a las propuestas que nos hagan, queremos crear esa sensación de unidad con el barrio”.
Un ejemplo. Pedro cuenta que se han reunido con la Asociación de Vecinos Triana Norte, que está intentando que se escuche su voz para que el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil, ubicado en Pagés del Corro, no sea subastado y se construya un centro multicultural del que carecen.
Además, están trabajando para generar redes y complicidades, aunque reconoce que es muy complicado, por la precariedad y por la falta de tiempo.
“Te implicas tanto en tu propio proyecto que es complicado, hay que ponerse límites. Pero somos optimistas. Tiempo al tiempo. Hay que intentar romper ese aislamiento entre quienes trabajamos en el barrio y estamos relacionados en esa faceta cutural, como CasaLa Teatro, Palimpsesto, Escuela Latidos. Antes de que termine el año, seguro que terminaremos preparando algo juntos”, vaticina Pedro.
Actualmente, están potenciando la parte de librería y editorial. “Los libros no son un atrezzo”. Muy pronto tendrán operativa una web para la venta de los libros y ya ha sido presentada en sociedad Ediciones Colombre, que arranca con las obras de Rafael Pérez Santana y Óscar Flores Baquero.
Pero no tienen prisa. Uno de sus secretos es ir paso a paso, con naturalidad, explorando “los vaivenes de gente y propuestas que se producen al ser un lugar de encuentro”.
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¿A quién le importa la cultura?
Artículo publicado por por Ignacio Díaz Pérez, en El Mundo, edición Andalucía, donde ya en 2015 daba cuenta de los milagros culturales que se iba sucediendo en nuestro Espacio Cultural, escondido del tránsito comercial en un callejón de la Triana obrera.
Textualmente recogemos la cita:
«O igual no saben que en un callejón sin nombre en Triana hay un espacio, Colombre, en el que artistas sin más apoyo que su propia voluntad y su saber hacer tratan de convertir este mundo en un lugar un poco mejor. Quédense con la copla, pues ningún político se lo va a contar».
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10 espacios de los nuevos tiempos culturales en Sevilla
14-04-2015. «Diez espacios de los nuevos tiempos culturales en Sevilla» en Revista Umbrales
«Las naves, los garajes, los almacenes, los callejones, dejan de ser espacios desabridos o abandonados cuando la mirada de quienes tienen ansias de vida cultural fija su atención en esos «no-lugares» del urbanismo descosido. En Triana, en el callejón de Febo, con raíces de carpinterías y talleres mecánicos, ahora hay que prestar atención a Colombre como foco de activismo cultural y social. Un ejemplo de rehabilitación y protagonismo de los ciudadanos para compartir vivencias y propiciar descubrimientos, sobre todo, a través de los libros. Querer es poder.
La cultura avanza más rápido que los jaramago para llenar de vida los espacios de Sevilla».
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Espacio Colombre estrena su nueva web
16-04-2015. «El Espacio Colombre estrena su nueva web» en Diario de Sevilla
El Espacio Cultural Colombre, ubicado en el número 35 de la calle Esperanza de Triana, ha lanzado su nueva página web, en la que se recoge información sobre su historia así como una guía completa sobre su agenda de actividades.
Además de un archivo de apariciones en prensa así como de las actividades que se han celebrado en Colombre, la web incluye una sección denominada Mediateca y que reúne contenidos audiovisuales a modo de memoria y también para consultas futuras. La web tiene también una pestaña de Novedades, donde se irá incluyendo información de interés relacionada con Colombre y pronto estará disponible también la Librería, con el catálogo completo del espacio.
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AEDA alerta de la existencia de Colombre
15-01-2015. «Espacio Cultural Colombre: un lugar donde escuchar cuentos» en AEDA
Los inicios y la búsqueda de sentido
Espacio Cultural Colombre, centro especializado en libros y literatura, abrió las puertas a la programación de eventos y actividades en octubre de 2012, sumándose así a una oleada de apertura de lugares y espacios, habida lugar en los últimos años, que venían a ofrecer una alternativa al panorama cultural dentro de una ciudad, en este caso Sevilla.
La idea, o más bien la intuición, no es otra que trabajar y vivir el mundo del libro apartado de las innecesarias presiones y urgencias para poder respirar aires amables, al margen de la burbuja editorial y del incesante ritmo de novedades de las librerías. Un ir sin prisa pero sin pausa, que nos permita disfrutar del camino y del encuentro con los libros y con la gente, un poco a la manera barojiana, entreteniéndonos en el detalle, «como el que va por el camino distraído, mirando este árbol, aquel arroyo, y sin pensar demasiado a dónde va».
Antes de programar y tener un espacio, ya llevábamos un tiempo mercadeando, a base de trueques, donaciones, depósitos amistosos, expurgo de nuestras propias y queridas bibliotecas, que sacrificábamos al grito de «libro que no has de leer déjalo correr», todo para poder contar con un puñado de monedas que luego invertíamos en pinturas, estructuras, materiales, cacharros, mobiliario y, en definitiva, en toda la artillería necesaria para montar una pequeña, al tiempo que coqueta, librería en un local –antiguo polvero y anterior cochera–, de bajo alquiler, tal vez, en el callejón menos transitado y conocido de Triana, y también probablemente de toda Sevilla. Lo que cualquier reputado director de ventas hubiera definido como un suicidio comercial en toda regla y abocado al fracaso, era, sin embargo, para nosotros, una idea seductora y atrayente como un abismo.
Alejados del centro neurálgico de la urbe ayudábamos a ir contra la centralización de la mayoría de actividades o eventos culturales que suelen darse en una ciudad y, por tanto, a colaborar para un reparto más equilibrado. A medida que fuimos adecuando el Espacio y recibiendo visitas de amigos y conocidos, vimos la posibilidad de abrirlo y de programar actividades que estuvieran en relación directa con el mundo del libro y luego con la cultura en su amplio sentido. Al principio, como es normal, dimos palos de ciego, tanteando cualquier posible piñata que pudiera contener un festín cultural. Pero fue y sigue siendo divertido equivocarnos.
La narración oral en Colombre
Casi desde los inicios surgió la posibilidad de programar funciones de cuentos. No éramos entonces conocedores del movimiento de Narración Oral que particularmente había en Sevilla y menos aún extramuros de nuestra ciudad, pero no dudamos en abrirnos a las primeras propuestas que fueron llegando. Eran propuestas propias o recomendaciones para traer a otros compañeros. Los comienzos no hubieran sido tan acertados sin la orientación y ayuda de algunos narradores que residen en Sevilla, entre los que cabe citar a: Nacho Terceño, Alicia Bululú y Marco Flecha.
Ellos vieron mejor que nosotros que el Espacio reunía buenas condiciones para contar. Una sala pequeña, con capacidad máxima para unas 50 personas, y que como ventaja permitía que solo estando 10 o 15 personas ya hubiese una sensación cálida y adecuada para el cuento. Además, un lugar apartado del bullicio del centro, al que venir expresamente, para quedarse un rato, y disfrutar del encuentro, antes, durante y al término de la función. Un pequeño grupo que va tomando vida propia, que interactúa entre sí, y que a menudo ha ido montando proyectos paralelos en base a los encuentros convocados en el callejón.
Estanterías repletas de libros, un modesto escenario con caja negra, y aforo dispuesto casi a modo de salón, pero sobre todo, un empeño por cuidar de todos los detalles que estén a nuestro alcance, a fin de crear una atmósfera adecuada para el arte de contar cuentos y el de escucharlos. Al tiempo en que íbamos consiguiendo esto entrábamos en contacto con el círculo de profesionales y seguidores del mundo de las historias contadas en Sevilla, que a su vez nos ponían en contacto con aquellos narradores visitantes que de tanto en tanto pasaban por la ciudad y con los que en ocasiones podíamos acordar una función.
Así pasaron, en el primer año, los ya mencionados: Nacho Terceño, Alicia Bululú y Marco Flecha, pero al poco se fueron sumando: Ángeles Fernández, el colectivo FINOS, Roberto Mezquita, Carolina Rueda, Esther de Juglaría, Matías Tárraga y Jackeline de Barros.
El segundo curso ampliamos la nómina: Jesús Buiza, Anabel Gandullo, Ana Griott, Sandra Cerezo, Jhon Ardila, Itziar Rekalde, Carlos Arribas, José Luis Mellado, Laura Dippolito y Pep Bruno.
Y de esta forma, uniendo esfuerzos, ha ido saliendo adelante Colombre, un lugar propicio para contar cuentos, de momento, para lo que se denomina público adulto o mayor de edad, por eso las funciones son siempre a las 21:30 de la noche. Perseguimos así cubrir una carencia de la narración oral actual, que si bien tiene más facilidades para lograr cabida en espacios especializados en un público infantil y familiar, en lo tocante a cuentos para adultos (abarcando desde la más primera adolescencia hasta los más mayores) sigue habiendo un vacío que cubrir.
Con todo, Colombre no hace sino sumarse a una búsqueda que viene de largo y en la que estamos, no diremos suficientes, pero sí unos pocos. Sevilla ha tenido a lo largo del tiempo muchos y diversos lugares donde practicar la narración oral para adultos. A menudo estos sitios aparecen y desaparecen, otros con los años consiguen mantenerse, como el siempre entrañable y amigable Rincón del Búho, lugar donde siempre hay una llama encendida, o la Sala El Cachorro, por citar dos lugares inamovibles y que siguen programando a día de hoy cuentos para adultos con cierta continuidad.
Luego se han sumado otros espacios como CasaLa Teatro, Casa Tomada, o más recientemente La Gallina en el Diván, sin dejar de lado, si se quiere contar con la periferia, la Biblioteca de Montequinto.
Nos consta que los propios narradores andan de tanto en tanto explorando espacios, bares, salas, cafés, etc., donde abrir nuevos frentes para cautivar nuevos públicos. El esfuerzo es loable y necesario, y a nosotros nos parece incluso que siempre es más provechoso si desde el principio el nuevo lugar encontrado se abre como un espacio común y compartido con el resto de profesionales, de esta forma se ofrece siempre al nuevo público que hay o surge en torno a cada espacio la posibilidad de estar siempre atento a las novedades y a los distintos registros y variedades de los narradores.
En Colombre intentamos programar con criterio, en un difícil equilibro de no casarnos con nadie y mantenernos al margen de grupos, generaciones, etc. buscando precisamente ofrecer riqueza, variedad y profesionalidad, dentro de que el Espacio tiene sus dificultades para salir adelante en lo económico y que el concepto de profesional, últimamente, anda muy cogido con pinzas.
Nos parece necesario indicar, a título informativo, la media de asistencia de nuestras funciones, que puede rondar, a ojo de buen cubero, en torno a las 20 personas, oscilando con funciones que por desgracia no alcanzan la docena de personas o con noches gloriosas en las que hemos tenido, también por desgracia, que colgar el cartel de agotadas las entradas.
Para el presente curso 2014-2015 se hacía necesario abrir un hueco a una representación de narradores veteranos, que residentes en Sevilla, aún no habían actuado en el espacio o que ni siquiera tenían noticia de él. Con esa intención montamos el «Ciclo de Viejos Cuenteros Sevillanos», a fin de programar, al menos, a una mínima representación de esta generación. recientemente se ha iniciado el ciclo con Manuel Garrido de Piratas, y tendrá continuación a lo largo de este semestre con los chicos de Recuento, Juan Arjona y Pepepérez.
Hay también un segundo ciclo programado y en marcha, «Palabras Mayores», donde hemos agrupado a aquellos narradores que nos visitan de fuera de Sevilla, y que por tanto no es fácil que el público pueda acceder a ellos. Que un Espacio con tan pocos recursos económicos como Colombre haya podido contar con gente de fuera no tiene más explicación lógica que la de volcar todo sus esfuerzos y sus energías en aprovechar lo que no son recursos económicos, en este caso, tirar y tomar la mano amistosa de nuestros hermanos mayores, como La Cháchara, que han gestionado y facilitado la visita de la colombiana Carolina Rueda, o sobre todo La Compañía Barataria, quienes habían logrado, estos últimos, trazar una exquisita y cuidada programación infantil y familiar para las Bibliotecas y el Teatro de Mairena del Aljarafe (a las afueras de Sevilla) y, nosotros, avisados amigable y generosamente, no hemos hecho más que aprovechar esta coyuntura, e invitar a estos narradores, que ya por estas razones visitaban Sevilla, a participar de este proyecto, teniendo además la suerte de que todos (Patricia Picazo, Pepe Maestro, Eugenia Manzanera, Ferran Martín y Paula Carballeira) han querido colaborar accediendo a las arriesgadas y casi simbólicas condiciones que un Espacio sin ánimo de lucro puede ofrecer, que no es otra que ir a taquilla.
Este año hemos incluido como novedad complementaria una sección en nuestra librería dedicada al cuento y a la narración oral, poniendo a disposición del público el catálogo completo de la Editorial Palabras del Candil
Y estamos llenos de ideas, por ejemplo, a poco que estrenemos nuestra página web, aún en construcción, quisiéramos abrir el blog para encargar críticas de las funciones y artículos especializados, por decir una sola… pero hay muchas más y sobre todo ganas de poner nuestra semilla en el no siempre fácil camino de la Narración Oral para adultos, en donde aún, a día de hoy, a veces se hace cuesta arriba mantener con éxito y sin perder la ilusión una programación continua y estable.
De momento esto es Colombre, una aventura que pese a sus riesgos y su nula rentabilidad económica para los que estamos dentro, nos divierte y nos pone en el camino, y que creemos acabará teniendo continuidad, a poco que consigamos ensamblar las piezas de la manera justa, acompañados siempre de gente con las mismas o mayores ganas y energías.
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Doble sesión de cuentos en el Espacio Cultural Colombre
16-01-2014. «Doble sesión de cuentos para adultos en el Espacio Colombre» en Diario de Sevilla
«Una prueba de que los cuentos no son solo para niños son los dos espectáculos programados para este fin de semana en Espacio Cultural Colombre (Calle Esperanza de Triana, 35. Loca lateral) y en el Centro Cultural Biblioteca Montequinto.
Ambas citas son mañana viernes. La primera, en el espacio de Triana, es con Alicia Bululú y Carlos J. Arribas y Damorte, un espectáculo de narración oral a dos voces, con historias y cuentos que surcan los temas del amor, el mar y la muerte. Será a partir de las 20:30 y las entradas tienen un precio de 4 euros…».
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Carolina Rueda en Colombre
13-02-2014. «Salir a aprender. El Espacio Colombre organiza un taller de narración oral» en Diario de Sevilla
A poco que empezamos a rodar una de nuestras señas de identidad como espacio cultural fue aliarnos con la maltratada narración oral de historias, que al menos en Sevilla, en lo que a público adulto se refiere, se había quedado sin un lugar de referencia, sin un refugio donde los cuentos fueran acogidos y recogidos por oídos y corazones ansiosos de conocer historias viejas y nuevas. Desde el principio hemos entendido que Colombre tenía que ser un lugar donde pudieran encontrarse los narradores y los «oídores», los que cuentan y los que escuchan, y hemos tratado de propiciar una programación que fuera bidireccional, cercana y activa, en donde quienes van a contar acaban escuchando y quienes, a menudo, creen que van solo a oír, terminan también por darle voz a sus propias historias.
Hemos tratado de llevar desde el principio una programación cuidada y medida al público de nuestro espacio, tratando con cariño y con amabilidad a los narradores y al público, de manera que una actuación alimentara la convocatoria de la siguiente, y que en conjunto siguiera habiendo variedad y diversidad. Nos propusimos, a lo largo de los primeros años de vida de Colombre, que fueran pasando los mejores narradores locales –los residentes en Sevilla– y los que venían de fuera, que venían con enormes ganas y apetito de conocer Colombre, como fue el caso de la colombiana Carolina Rueda, que solo con pisar nuestra librería dejó en ella una impronta sagrada, una marca que nos ayudó a que el resto entendieran que Colombre era, e iba a ser en adelante, en cuanto al arte de contar historias se trataba, un lugar sagrado, un lugar de culto, un templo de las palabras. Y en ese empeño seguimos.
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De la paella al chucrut
17-03-2013. «De la paella al chucrut» en Diario de Sevilla
Unos jóvenes alemanes, de entre 17 y 18 años, estudiantes en el instituto Mathilde-Planck-Schule, de Ludwigsburg, cerca de Sttugart vinieron a Sevilla en marzo de 2003 guiados por los intrépidos profesores Ina y Tommy Sickel, enamorados de Sevilla, con mucha más razones y mayores motivos que la mayoría de alemanes que pasan unos días en Sevilla y salen encantados, salvo por lo de la «cervecita» local, que además de pequeña es insípida. Ambos profesores han sido y son sevillanos, puesto que de Sevilla es quien en Sevilla se siente bien, y alterna con sus gentes y pasea sin prisas por sus calles.
Conociendo nuestro –entonces incipiente– proyecto cultural nos pidieron que les organizáramos una especie de contra programa, algo más alternativo, que complementara lo que iba a ser el intercambio oficial entre ambos institutos. De manera que lo primero que hicimos fue contactar con una profesora la mar de pop, Remedios Usagre, que además de talentosa y experimentada, cayó bien al grupo y fue fundamental para hacer piña entre sevillanos y luisburgueses. Ella se encargó de impartir unas clases de español a su medida, mientras que nosotros les hicimos de cicerones por la ciudad, llevándolos a pasear no solo por los lugares más monumentales sino por la Sevilla menos desconocida, por los rincones que ahora las guías denominan más insólitos y secretos. Hubo nocturnidad, con conciertos, teatros, una sesión de cine y visita a las peña flamenca Torres-Macarena, y no nos faltó llevarlos tempranico al Jueves y con unas mínimas nociones históricas y las precisas instrucciones prácticas dejarlos a modo de yincana a ver cuál era el chisme más asombroso que eran capaces de comprar por menos de dos euros. Y nos asombraron. Los recordamos mucho y seguro que nos recuerdan.
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Un monstruo que devora libros
11-11-2013. «Un monstruo que devora libros», en Diario de Sevilla.
Fue la primera vez que aparecimos en un medio de comunicación, ocupando la página completa de la sección «Vivir en Sevilla» del Diario de Sevilla. Por entonces éramos aún más jóvenes que ahora, y no sabíamos a dónde nos llevaría la aventura. Tampoco es que fuéramos más guapos, pero al menos en la cara que nos retrataron algo de luz y porvenir se vislumbraba.
Hay muchas historias en torno al nacimiento del Espacio Cultural Colombre, y hemos de confesar que ninguna de las que hemos contado es del todo la verdadera, al igual que ninguna de las que por ahí se cuenta es del todo verdad. Todas tienen un poco de maquillaje, todas tienen un poco de esto o de aquello, de migajas de ficción o de evocaciones recordadas a nuestro antojo. Siempre nos ha gustado más la leyenda que la realeza de la verdad, siempre hemos dicho que Colombre lo han definido mejor quienes lo han disfrutado más, que han sido siempre los otros, antes que nosotros, es decir, los activos y fieles del callejón, ya sea viniendo como público o acercándose a modo de generadores o motores culturales para llevar a cabo cualquiera de esas actividades culturales que a lo largo de casi una década venimos haciendo en la librería, que al principio, y durante mucho tiempo, nos resistimos a llamar simplemente «local», hasta que al final nos hartamos de nuestro propio ninguneo y le pusimos con todas las de la ley: «Librería, Editorial y Espacio Cultural Colombre», para los amigos: Colombre.
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